Este finde he estado en la capital de la República de España por una reunión del laboratorio.
Madrid es una ciudad grande, muy grande. Donde se tarda más en cruzar una avenida (la Castellana) a pie que en esperar al metro para que te lleve al otro lado de la misma.
Allí la gente va corriendo a todas partes, sin una razón aparente. En el metro de pronto se ponen a correr, como si llegaran tardísimo a alguna reunión importante. Los trasbordos también son dignos de mención, porque muchos son tan largos que sospechas que se trata de una campaña de salud pública para favorecer el ejercicio físico (algunas incluso tienen cintas de esas dunlop que caminan solas).
Pero lo más impresionante del viaje fue la megafonía del aeropuerto de barajas. Cuando anunciaban un vuelo en inglés, y al igual que el presidente de nuestra gran república, señor Ansar, los nombres de los sitios los dicen con un curioso acento californiano:
"Passanger with destination to "lansharhoute" please percive to gate number 6 B". Barcelona se convierte en barshelouna y así sucesivamente. No deja de ser curioso.
Como venía siendo costumbre, a continuación una serie de fotos realizadas las últimas semanas en Barcelona. No salgo yo, para mantener el misterio de mi identidad y para que no me salude gente que no conozco por la calle (que ya comienza a ocurrirme en esta ciudad condal).
La primera, una foto del metro de barcelona, de la línea que suelo coger cuando tengo que ir al centro:
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