Esto del cambio de temperaturas según las estaciones tiene su gracia.
Por las noches parece que duermes mejor, pero por las mañanas siempre se te hace tarde porque cuesta muchísimo salir del edredón nórdico. Es como si te succionara para no dejarte salir. A veces pienso en dormir en pelota picada por aquello de la succión, pero creo que podría morir congelado de perder el edredón en sueños. Creo que tendré que dejar la idea de hacer deporte a primera hora de la mañana para cuando haga calorcito. :).
Luego está el asunto de la cebolla. Uno va con el jersey, y la chaqueta, y cada vez que entras a un sitio te lo vas quitando capa por capa. Además ir a cualquier sitio es un coñazo, porque no sabes donde meter el abrigo (por ejemplo en el cine no hay donde ponerlo). Y ponen las calefacciones a tope así que acabas sudando más que en verano. En el metro no es mucho mejor porque claro, despues de ponerte el jersey, chaqueta, mochila a la espalda, paraguas en la mano, walkman en el bolsillo de la chaqueta con los auriculares por dentro del jersey para que no se te enganche con el paraguas de la señora que va al lado en el metro... si después de hacer todo esto te da por quitártelo cada vez que tienes calor, pues no coges el metro ni a la de tres. Así que te metes en el vagón a pasar calor, que aquello parece una sauna sueca. Además como todo el mundo va con abrigos pues abultas 2 veces más y todo va mucho más lleno.
Pero sin duda lo más impactante ha sido lo de los perros con jersey. Y yo que pensaba que eso era solo una rareza sueca, pero nó. Aquí todas las señoras llevan a sus perritos con jersey, algunos de punto, otros casi de modista YSL, eso depende del barrio donde los saques. Curisamente los cagarros de perro no se ven afectados por el frío, y siguen siendo igual de pastosos que en verano.
Cosas del frío.
Desde el templo de sabidurida calefactado, informando para CCG se despide,
un godo-canario llamado JB.
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